Este mes hemos participado en en el Taller de la FAO sobre SIPAM y restauración de ecosistemas junto a 5 piases del mundo.
Aquí os dejamos mi intervención inicial, que al final sufrió algunos cambios porque parece que no se adaptaban al formato requerido:
En 2012 pase de ser carpintero profesional a agricultor, debido a la fuerte crisis de años anteriores que termino con muchas empresas del sector.
Una vez establecido en el nuevo trabajo de agricultor, decidí hacer mi propia marca de aceite, para así intentar hacer una calidad y un diseño diferente a los aceites conocidos de la zona y entre ellos, el aceite de olivos milenarios.
Debido a una demanda superior de la que yo podía producir, ya que solo disponía de 18 olivos milenarios de mi familia, busque más olivos de estas características y se me ocurrió buscar fincas abandonadas, de olivos milenarios y ponerlos en producción, fincas que podían llevar entre 30 y 40 años sin que nadie les hiciera nada, algunas de ellas con solo un olivo milenarios, otras con dos o tres, así hasta llegar a un total de más de 150 olivos milenarios y unas 65 hectáreas de olivar tradicional en producción.
Aunque pueda parecer mentira, nadie hasta este momento se había dedicado a recuperar olivos milenarios abandonados y de aquí vienen todos los reconocimientos, como los reportajes en España, del diario “El País” o la “TV1” o en Francia con reportajes de 6 páginas en el dominical de “Le Figaro” o también el reportaje de 2 minutos en las noticias más vistas de Europa, en el canal de la “TF1” y también he tenido varios reconocimientos del sector agrícola y alimentario por la calidad del aceite .
Paralelamente a esta actividad de recuperación, fui montando una pequeña envasadora y tienda, para vender y envasar mi propio aceite, pero luego comprendí que podía ayudar a personas que como yo querían hacer y vender su aceite de mayor calidad y de esta forma poco a poco, pase de una instalación de 20 metros cuadrados, a una de 110 metros y al día de hoy estamos ubicados en una nave, (que curiosamente también estaba en estado de abandono en medio del campo), de 400 metros cuadrados y que hoy dispone de zona ajardinada y una gran sal de catas para nuestros clientes.
Ahora nuestro mayor esfuerzo se estaba centrando en el turismo, en enseñar la finca del “Olivo de Sinfo”, en explicar cómo recupero estas fincas y luego llevarlos a la sala de catas para que pudieran conocer nuestros aceites de la variedad Farga, pero todo esto al igual que las ventas se ha visto gravemente afectado por la pandemia.
Para finalizar, decir que a mi lado ha habido muchas personas que me han ayudado desinteresadamente, así como el Presidente de Madrid Fusión José Carlos Capel, la crítica gastronómica Julia Pérez y como no, Jaume Antic y Tere Adell al frente de la Mancomunidad de la Taula del Senia, que hoy y siempre que les necesito están aquí.
No tengo claro el futuro, el olivar tradicional está empezando a no ser rentable en nuestra zona, los costes de producción son superiores a los de la venta, debido a los grandes árboles y las pequeñas fincas, que encarecen mucho su recolección, el aceite de olivos milenarios se vende más por intermediarios que por nuestra venta directa, reduciendo así nuestros beneficios.
Lo único que les puedo pedir, es que nos ayuden al máximo para dar a conocer nuestro trabajo, nuestros olivos y sobretodo nuestro aceite de olivos milenarios.
Tenemos que hacer rentable el cultivo del olivar tradicional y sobretodo el de olivos milenarios, porque hoy en día es cuando más en peligro están, tenemos leyes que les protegen, sí y que antes no teníamos, pero si ningún agricultor les cuida ni los recupera, no servirán para nada, si no son rentables desaparecerán, nos guste o no.
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